EL LIBRO DE SILVIA – CAPITULO 2

EL LIBRO DE SILVIA

CAPITULO 2

Decidí que éste es un buen momento para contar algunas de las cosas «extrañas» que me fueron sucediendo, que parecieran casualidades de la vida.

Sin embargo, con el paso de los años, puedo asegurar, que nada sucede por casualidad, todo sucede por un motivo, y en algún momento las cosas encajarán perfectamente en este rompecabezas donde vivimos. Sólo es cuestión de tiempo, todo llegará en el momento que deba suceder.

Cuando tenía 18 años, fui de campamento a la playa con un grupo universitario, y el día que hubiera cumplido «un año» con un ex novio que había sido compañero mío de trabajo, y al que no veía hacía muchísimo tiempo, perdí en la arena una alianza de plata que llevaba de recuerdo  de aquellos tiempos.

Y yo sentía que había algo más allá de la pérdida, sabía que no era casual que fuera justo ese día en que se conmemoraba el año.

Algún tiempo más tarde me encontré por casualidad con mi ex novio y le pregunté llena de curiosidad, qué pasó ese día que yo perdí el anillo, y él me dijo que ese día él había decidido dejar de usarlo. Son esas cosas «extrañas» e inexplicables, pero que existen siempre que nosotros sepamos interpretar lo que nos están diciendo.

Para los màs esc+epticos, no habrá nunca una señal, no lo pueden ver, pero los que tenemos una sensibilidad especial podemos comprender los mensajes que nos llegan sin por eso estar pendientes de eso, ni nada que se le parezca. Sólo se trata de entender que no somos nosotros los que decidimos nuestros destinos, hay una fuerza superior, cada uno la llama como quiere.

No es necesario rezar, ni pedir, ni comportarse de ninguna manera en especial, sólo tenemos que ser conscientes de que está entre nosotros y ayudarnos a través de ella para poder entender mejor todo lo que nos pasa.

Alguna vez en mi juventud participé en esos famosos juegos de «la copa» donde se convoca a un espíritu a contestar preguntas por SI o por NO, alrededor de una mesa donde están las letras del alfabeto, un SI, un NO y los números.

Y sin que yo lo quisera sentía que yo llevaba y arrastraba la copa, era una fuerza que me dominaba y movía la copa por mí, es algo muy fuerte que se siente y no se comprende en absoluto, pero existe.

… Y si de cosas extrañas y sin explicación hablamos, en estos momentos recuerdo cuando una noche, a la madrugada, me desperté muy sobresaltada y le dije a mi marido en ese momento con una seguridad absoluta: «Se murió alguien importante», y luego seguí durmiendo.

Al día siguiente me enterè que la que habìa muerto era nada más y nada menos que Lady Di, la princesa de Inglaterra, a la que siempre tuve cierta admiración. (31.8.1997).

En otra oportunidad contestando en un programa de radio de preguntas y respuestas, gané el premio más codiciado que era un pasaje ida y vuelta en avión para una pareja  a Piriápolis, en un hotel de categoría, con pileta templada, pista de patinaje sobre hielo, pensión completa y cuando iba contestando tenía a la más pequeña de mis hijas en mi falda, protestando un poco pero a la vez sentí una ilumnación especial que me iba dictando las respuestas de una manera que no se puede describir, pero que en definitiva hizo que yo ganara el primer premio y pudiera disfrtutar con mi marido de un fin de semana  tranquilo y feliz, y con la satisfacción de haberlo ganado por mis propios medios.