EL LIBRO DE SILVIA – CAPITULO 9

EL LIBRO DE SILVIA

CAPITULO 9

Y hoy dÍa ya nos acostumbramos, sabemos dónde estamos, conocemos las reglas de juego, y nos tratamos de defender como podemos.

Ya estamos en condiciones de poder ayudar a otros nuevos hasta que se acomoden.

Vivimos un nivel de vida más alto, llevados por el consumismo del país.

También tuvimos que aprender duras lecciones.

Tuvimos créditos y luego no pudimos cubrirlos y nos embargaron cuentas, coche, etc.

Fue muy difícil poder enfrentar todo.

Y en realidad no es que hayamos usado dinero para viajar, comprar coches, máquinas o aparatos,  sólo lo utilizamos para comer.

Pero, yo no tenía los ingresos necesarios para los gastos comunes.

Y la pelota se hizo muy grande.

Cuando nos cortaron todos los víveres la situación fue  muy desesperante.

Tuvimos algunos amigos que nos ayudaron alguna vez a pagar alguna factura urgente cuando nos estaban por cortar la luz  o el teléfono.

Hasta el día de hoy resulta difícil hacer frente a todos los gastos, a pesar de que tenemos algunos descuentos especiales en la municipalidad, en la escuela de los chicos, etc.

También debemos saber apreciar aquellos amigos que llegaron a nuestras vidas y cuando lo necesitamos estuvieron a nuestro lado para ayudarnos.

Esos gestos no se olvidan.

Por supuesto nosotros también  ayudamos a mucha gente cuando hizo falta.

También fuimos parte de una institución de ayuda  a inmigrantes, pero no nos sentimos muy cómodos porque la mayoría de la gente era mucho mayor que nosotros, y además requería de bastante tiempo libre para reuniones y preparativos.

Nosotros estábamos ocupados con nuestros trabajos, los chicos y los colegios, y nos resultaba difícil cumplir.

Recuerdo que como secretaria de la institución tuve que redactar un discurso para el brindis de Año Nuevo Hebreo, un año que había sido particularmente difícil, el año de la guerra en el Norte.

Aquí transcribo mi discurso, donde se puede percibir el clima que vivimos en aquella guerra:

DISCURSO PARA EL BRINDIS DE FIN DE AÑO

“Estamos nuevamente ante un nuevo año, y el año que dejamos atrás, no fue

uno más, fue un año en el que durante 33 días nos sentimos inseguros.

Cada uno lo vivió de manera distinta, algunos más de cerca que otros, pero en todos nosotros quedó el amargo sabor de la guerra.

De todos modos siempre debemos extraer lo positivo de toda experiencia y  en este caso fue la gran solidaridad del pueblo israelí y de toda nuestra gente que ofreció sus casas desinteresadamente a «los del Norte» hasta que la situación volviera a la normalidad. Y en estas situaciones límite donde nos debemos enfrentar con la «muerte» es cuando más valor  damos a la «vida».

Rosh Hashana es la fiesta de la Creación del Universo y con ella la del Ser Humano.

De nosotros depende que el próximo año esté lleno de logros, que nos propongamos vivirlo «con ganas», como si fuera el último,  para que el día de mañana no  tengamos que arrepentirnos por las cosas que no hicimos, a veces solo por dejadez, como cuando decimos: en otro momento, mañana, más tarde,  y otras por «miedo» a concretar las cosas que tenemos en el corazón.

Brindemos para que este año «nos animemos a ser felices», porque nunca se sabe y   «mas tarde» puede ser «demasiado» tarde.

Por un año de logros, felicidad y paz para todos.”

Bueno, en este momento estoy con muchas más fuerzas, con aires renovados, con muchas experiencias que me dejaron un sabor amargo, pero que a la vez, hoy puedo comprender que fueron necesarias, para que el día de hoy decida compartir parte de mi vida y mi historia con los demás.